Carola Gil

¿Cuál es tu histórico de mentiras piadosas?

Ufff, ¡maaaadre, madre mía! ¡Menuda pregunta me ha tocado! Bueno, si lo pienso bien… no será por las pocas veces que he mentido piadosamente (e incluso, no tan piadosamente, jejeje) a lo largo de mi vida. Buenoooo, vamos allá…

Una pregunta muy recurrente en mi casa, cuando yo era muy pequeña y desaparecía cualquier cosa era: “¿Y “esto”, Caro, a quién se lo has regalado? Y yo bien calladita, con mi cara de “pocker”… “¿cómooo?” Pues sí, me encantaba y necesitaba hacer regalos a cualquier invitado que entrara por la puerta. Y claro, a esa edad, con cinco o seis años, no iba a bajar yo a la calle a comprar nada…, tan sencillo como darme una vuelta por mi propia casa y encontrar algo que encajara con esa persona. Y, cómo no, envolverlo y añadir mi propio dibujo… y… “Ta Channn!!!”.  Vamos, que el gusto por agradar, por que la gente se sienta bien y querida, me viene ya desde bien pequeña…

Y, para no remontarme más a los tiempos de “Maricastaña” me voy a ir a mis comienzos en el mundo de la Formación. Cuando me empeñaba en parecer una persona “seria y formal” y ocultaba mi sentido del humor y mi capacidad para quitar peso a cuestiones “trascendentales “de la vida, por no parecer menos profesional.

Ummm, y ¿qué más…? Ahhh, me acaba de venir mi propia boda a los 22 años. ¡A mi manera! Sin contárselo a nadie. Y, al coti-coti: Ayuntamiento de Estocolmo, pelo suelto y enredado, chupa de cuero de segunda mano, exquisito Tailandés y a “darlo todo” durante una larga y divertida noche. Vale, vale, todo hay que decirlo, luego me he vuelto a casar, esta vez sin secretos, pero de nuevo a mi manera.

Ahhh, y…, también desde hace ya mucho tiempo “me callo muchas cosas”. Sí, sí…, me las callo. Y es que me planteo…, “y… ¿para qué?, ¿para qué decirlo?” Si no ayuda al otro… A no ser que me pregunten directamente.

Y bueno…, tengo que reconocer que también ahora en el trabajo, cuando hago alguna dinámica o juego en el que tengo que contar alguna “mentirijilla”, me meto tantoooo, me lo creo tantooo, que me engaño hasta a mí misma. Ehhh, pero enseguida lo aclaro y explico el por qué y el para qué.